¿Estás pensando en pasar de ser autónomo a una SL? Es una opción muy recomendable cuando el negocio ha evolucionado y sus resultados actuales necesitan una figura jurídica más adecuada a la situación actual.
En este artículo aprenderás a detectar cuál es el momento más adecuado para cambiar a una sociedad limitada, y cómo hacerlo:
- ¿Por qué pasarse de autónomo a Sociedad Limitada?
- Ventajas de una sociedad limitada frente a ser autónomo
- ¿Qué pasos y trámites seguir para pasar de autónomo a SL?
- ¿SLU o ERL?
- ¿Qué tipos de sociedades suelen elegir los autónomos?
¿Por qué pasarse de autónomo a Sociedad Limitada?
Las razones para hacer el cambio de ser autónomo a una sociedad limitada son varias, y dependen esencialmente de la situación del negocio.
- Si los ingresos han empezado a aumentar y tienes ya un hueco en el mercado, necesitas ir más allá del régimen especial de autónomos. Sobretodo, te resultará más rentable si estás generando beneficios a partir de los 40.000 euros. Esto se debe a que, como SL, empezarás a tributar el Impuesto de Sociedades, con tipos fijos que no dependen de lo que ganas.
- La responsabilidad es otra razón para pasar a ser una sociedad. Ten en cuenta que, a medida que el negocio crece, también lo hace el riesgo de pérdidas. Si has configurado una SL, tu responsabilidad en este caso se limitará al capital de la empresa y no pondrás en peligro tu patrimonio personal.
- Asimismo, ser una sociedad limitada ayudará a mejorar tu imagen de marca. Esta figura se asocia habitualmente a una estructura empresarial consolidada y, por lo tanto, con capacidad para hacer frente a cualquier problema. Y esto hace que tus posibles clientes te vean con mejores ojos a la hora de establecer una relación de negocios. Incluso, tendrás más credibilidad ante posibles acuerdos con entidades bancarias.
Ventajas sociedad limitada frente autónomo
Las ventajas de tener una sociedad limitada se centran en los siguientes puntos:
- Si haces el cambio, no pondrás en peligro tu patrimonio personal por la responsabilidad ante las deudas que se generen.
- También podrás desgravar una serie de gastos que Hacienda no admite en la declaración de los autónomos, ya que en este caso solamente se pueden deducir los que están relacionados de manera directa con la actividad laboral.
- Por otro lado, la fiscalidad es mucho más positiva en el caso de las sociedades a partir de ciertas cantidades de dinero ingresadas como beneficios.
¿Qué pasos y trámites seguir para pasar de autónomo a SL?
¿Vas a convertir tu negocio en una SL? En este caso, tendrás que seguir los pasos que te detallamos a continuación.
- Para empezar, tienes que informar a la Seguridad Social. Ya decidas darte de baja del RETA o cambiar los datos de tu registro y convertirte en un autónomo societario, tendrás que presentar a la administración el modelo TA521/6.
- Inscribir y registrar la sociedad. Para ello, deberás tramitar el Certificado de Denominación Social en el Registro Mercantil, ingresar el capital social mínimo en una cuenta bancaria específica, redactar los estatutos societarios y firmar la escritura pública de constitución ante el notario. Para acabar el proceso, necesitarás obtener el NIF e inscribir la sociedad en el Registro Mercantil.
- Actualizar tu relación con Hacienda, respecto a la persona física y la jurídica. Esto implica, especialmente, realizar el alta censal con la presentación del modelo 036 y del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados con el modelo 600.
¿SLU o ERL?
En el proceso de pasar a ser una sociedad, una de las dudas más habituales que pueden surgirte es si crear una sociedad limitada unipersonal o convertirte en emprendedor de responsabilidad limitada, ERL. Esta figura tiene una importante ventaja a tener en cuenta: la posibilidad de excluir la vivienda que elijas de las opciones para hacer frente a las deudas que existan.
Para desvincular el inmueble de la actividad económica, deberás indicarlo en el Registro Mercantil y el Registro de la Propiedad. Además, tienes que saber que, para que esto sea posible, su valor en el mercado debe ser inferior a los 300.000 euros. En caso de encontrarse en una localidad de más de 1 millón de habitantes, el tope de prrecio se sitúa en los 450.000 euros.
Por otro lado, si optas por la SLU, o sociedad limitada unipersonal, también tendrás que inscribirla en el Registro Mercantil para evitar tener que responder de manera personal e ilimitada a las posibles deudas que adquieras en tu actividad laboral. Por lo tanto, mantendrás tu patrimonio personal, aunque tu empresa tenga impagos a los que hacer frente.
¿Qué tipos de sociedades suelen elegir los autónomos?
Antes de decidirte a dejar de ser autónomo y proporcionar otra figura jurídica a tu negocio, es interesante que conozcas los tipos de sociedades existentes:
- La sociedad limitada SL requiere de un capital inicial de, como mínimo, 3.000 euros, que deberán depositarse en una cuenta bancaria a nombre de la sociedad. También habrá que hacer una escritura pública ante notario y llevarla al registro.
- La sociedad limitada unipersonal SLU tiene prácticamente las mismas características que la anterior, pero está formada por un solo socio. Su principal ventaja es que evita que el emprendedor tenga que responder con su patrimonio en caso de deudas.
- El emprendedor de responsabilidad limitada ERL también permite proteger el patrimonio, aunque no es necesaria la constitución como sociedad. En otras palabras, se trata de una figura similar a la del autónomo, pero evita un embargo de la casa en caso que haya problemas económicos.
- La sociedad anónima SA requiere de un capital mínimo de 60.000 euros para su creación. Esta cantidad de dinero tan elevada hace que se aplique solamente en grandes proyectos de negocio. También puede constituirse de manera unipersonal. Hay que tener en cuenta que el capital no tiene porqué ser solamente únicamente dinero en efectivo, también puede hacerse la aportación en bienes.
- Las sociedades cooperativas de trabajo asociado dependen de lo establecido en cada comunidad autónoma. Una de sus grandes ventajas es que los socios pueden decidir cómo tributar: si en régimen de autónomos o en el general de la Seguridad Social.
- Finalmente, las comunidades de bienes permiten que se asocien diversos autónomos sin crear una sociedad estrictamente como tal. Sus integrantes se denominan socios comuneros y todos tienen que estar de alta en el RETA. Eso sí, tienen que responder con su patrimonio personal en caso de deudas.
En definitiva, pasar de ser autónomo a una SL, o cualquier otra forma de sociedad, es un paso adelante en el negocio, pero es necesario que se lleve a cabo siguiendo todos los pasos necesarios para que el proceso sea un éxito.