Existen tres tipos de facturas: las correctas, las que tienen errores subsanables y las falsas. Las primeras y las segundas no son un delito, dado que no hay malas intenciones. Sin embargo, las terceras sí lo son. Es más, para que quede claro desde el primer momento: una factura falsa supone un delito para quien la emite, como también para quien la recibe y se aprovecha de ello.
Pero, ¿qué es exactamente una factura falsa? ¿Cómo se puede detectar? Y mejor aún, ¿realmente vale la pena arriesgarse? Lo cierto es que no, porque las sanciones pueden ser considerables. Pero no vamos a adelantar acontecimientos, vamos a zambullirnos en este turbio terreno para aclararlo todo sobre este tipo de fraude y todo lo que conlleva.
En este artículo aprenderás:
- ¿Qué entendemos por facturas falsas?
- ¿Cómo saber si una factura es falsa en España?
- ¿Cómo detecta Hacienda las facturas falsas?
- ¿Cómo hacer una factura falsa?
- Principales sanciones por emisión de facturas falsas
- Casos más típicos de emisión de facturas falsas
¿Qué entendemos por facturas falsas?
Una factura falsa es toda aquella factura que cuenta con información errónea de forma deliberada. Suele usarse con fines fraudulentos, tanto por parte del emisor como por parte del receptor.
Por supuesto, es un delito que puede traer consigo importantes sanciones de carácter económico o pena de prisión.
¿Cómo saber si una factura es falsa en España?
Desafortunadamente, no existe una fórmula mágica para comprobar si una factura es falsa en España. Lo único que puedes y debes hacer es relizar una serie de comprobaciones en busca del fallo que delate la falsedad:
- Comprueba que está toda la información: toda factura debe reunir una serie de datos fundamentales. Si falta alguno o varios puede ser por error. Sin embargo, si el problema se repite, es posible que haya intentos de falsear facturas.
- Importe de factura exagerado: inflar los precios es algo muy habitual en facturas falsas. En caso de ver cifras demasiado grandes para servicios o productos, hay que estar alerta.
- Conceptos demasiado vagos: en una factura debe quedar muy claro qué servicio se ha prestado o qué producto se ha vendido y cuál es el importe correspondiente. Los conceptos deben ser específicos y, si no lo son, hay riesgo de fraude.
- Servicio no prestado: cuando el servicio que figura en la factura no se ha prestado, raro es el caso en el que hay que dudar. Es uno de los mecanismos de falseo de facturas más comunes.
- Ausencia de documentos acreditativos: no hay copias, no hay albaranes, no hay documentos de entrega, no hay contratos… Si solo está la factura y no hay absolutamente nada que la demuestre, es peligroso.
- Reiteración en el tiempo: la clave más delatora de todas es que se den cualquiera de los puntos anteriores, pero sobre todo que se repitan en facturas a lo largo del tiempo. Ahí ya hay poco margen de duda. La probabilidad de que sean facturas falsas es muy elevada.
¿Cómo detecta Hacienda las facturas falsas?
No hay un “truco mágico” para detectar facturas falsas, sin embargo, Hacienda cuenta con una tecnología desarrollada exclusivamente para estudiar caso por caso y tratar de detectar los fraudes.
Desde 2020, la administración usa una inteligencia artificial que estudia y recopila todos los datos de años previos para detectar patrones en los casos de facturas falsas, tanto emitidas como recibidas. De este modo, selecciona perfiles de empresas que pueden estar llevando a cabo fraudes.
El método está dando resultados. De hecho, en 2021, y gracias a los datos recogidos en 2018 y 2019, ha logrado detectar un buen número de facturas falsas. Requiere actualizaciones constantes con más y más datos renovados para seguir mejorando, pero la fórmula funciona.
🔗 Ampliar información: Si quieres saber más sobre cómo Hacienda comprueba las facturas te recomendamos que leas nuestro artículo.
¿Cómo hacer una factura falsa?
Imagina que tienes una tienda y ha habido un incendio que la ha destrozado. El seguro contratado seguramente cubra toda la materia y productos, además del equipo, pero también ofrece cobertura para aquellos elementos que se puedan reparar.
Contratas, por ejemplo, a un equipo de pintores profesionales para que pinten la tienda y, al emitir la factura, pides que eleven el precio. ¿Para qué? Para repartir ese extra que pagará el seguro entre los pintores y tu propio bolsillo. Algo tan sencillo como eso implica ya una factura falsa.
Inflar precios en servicios prestados, introducir fechas erróneas para cambiar los trimestres a los que corresponden las facturas, o incluso inventar facturas de gastos de la actividad de tu negocio. Todo deriva en una factura falsa.
Principales sanciones por emisión de facturas falsas
El artículo 201 de la Ley General Tributaria indica que incumplir el proceso de facturación es una sanción de carácter grave para Hacienda. Estas son las sanciones por emitir facturas falsas:
- Infracción grave por incumplir la normativa de facturación – Multa del 1% del importe de operaciones facturadas indebidamente.
- Infracción grave por no expedir factura o no tener documentos justificativos – Multa del 2% del importe de operaciones no facturadas. 300 euros por cada operación no emitida en caso de desconocerse el importe.
- Infracción muy grave por falseo de datos en la factura o sus documentos justificativos – Multa del 75% del importe.
Las personas que aprovechan estas facturas falsas para maquillar gastos, quienes reciben facturas falsas o las usan para deducirse gastos, también son sancionadas. El valor de la multa es de entre el 125% y el 150% del importe de la factura.
Casos más típicos de emisión de facturas falsas
¿Para qué se emiten facturas falsas? ¿Cuáles son los casos más típicos en los que se hacen? Desafortunadamente, no son pocos.
Facturas falsas para pagar menos IVA
Clientes, empresas o profesionales pueden inventar o incluso solicitar facturas falsas que achacan a gastos relacionados con su actividad. De este modo, el IVA de dicha factura se resta al que han recaudado durante el ejercicio fiscal.
Así, lo que logran es pagar menos IVA. No obstante, en caso de que Hacienda detecte el fraude, puede aplicar una sanción equivalente al 150% de la deuda tributaria.
Facturas falsas para pagar menos impuestos
Hay gastos ligados a la actividad de un profesional o una empresa que se restan al IRPF. En muchos casos, las facturas falsas se generan para descargar esta responsabilidad fiscal con Hacienda.
Se generan más facturas de combustible por tener que usar el vehículo, de suministros o incluso de contratación de terceros. Todas ellas falsas con el fin de pagar menos impuestos.
Facturas falsas para capitalizar el paro
Las personas desempleadas pueden solicitar la capitalización del paro. Es algo pensado para facilitar el emprendimiento y que exige la justificación de que es algo solicitado para ejecutar una idea empresarial.
Al solicitar la capitalización, se debe entregar una memoria de inversiones justificadas con facturas. La expedición de facturas falsas puede servir como justificante de los pagos al solicitar este adelanto del paro. Ahora bien, en caso de detectarse el fraude, se solicitará la devolución del dinero anticipado y, si es falta grave, la pérdida del derecho al desempleo y la exclusión ante futuras prestaciones.
Facturas falsas para el seguro
Con el fin de inflar el importe a cubrir por el seguro, sea de hogar, de vida o de cualquier otro tipo, hay personas que recurren a las facturas falsas. Las presentan entre los documentos para el informe necesario a la hora de solicitar una indemnización económica, todo con el fin de que el dinero recibido sea mayor de lo que debería.
Las facturas falsas son un fenómeno bastante extendido por todo el país. Desde luego, el riesgo que conllevan no compensa en absoluto las ventajas que se podrían tener al aprovecharlas. Además, Hacienda cada vez cuenta con mejores técnicas para detectarlas. No vale la pena.
Y es que en los próximos años habrá un cambio en el sistema de facturación en España que afectará a todos los autónomos y pymes, con la introducción de la factura electrónica, con la adopción obligatoria de softwares de facturación, de forma que la Administración tendrá en tiempo real los datos de todos los negocios. Evitará el fraude fiscal y digitalizará la forma de emitir y recibir facturas, siendo un auténtico cambio de paradigma en el panorama empresarial español.