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ERTE: qué es y qué empresas pueden solicitarlo

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El Expediente de Regulación Temporal de Empleo, más conocido como ERTE, es una herramienta que lleva más de una década a disposición de las empresas y autónomos que tienen trabajadores a su cargo y están atravesando una situación que les impide mantener a una parte de su plantilla.

Este mecanismo se dio a conocer en la pandemia y, después de la crisis del COVID, con la reforma laboral de 2022, se introdujeron algunos cambios para mejorar los ERTE. A día de hoy, los negocios pueden acceder a varios tipos de ERTE, dependiendo de la situación en la que se encuentran.

Cada uno de estos ERTE permite a los autónomos y empresas dejar de pagar el salario de sus empleados durante un tiempo sin despedirlos y quedar exonerados del pago de una parte de sus cotizaciones. Sin embargo, estos expedientes también implican distintas obligaciones y tienen su contraparte.

En este artículo aprenderás:

¿Qué es un ERTE?

El Expediente de Regulación Temporal de Empleo, más conocido como ERTE, es una herramienta que lleva más de una década disponible en nuestra legislación laboral pero que se dio a conocer sobre todo a raíz de la crisis del coronavirus.

Este mecanismo está regulado en el artículo 47 del Estatuto de los Trabajadores y permite a los negocios abaratar sus costes laborales, ya que dejan de pagar el salario de sus trabajadores temporalmente como si los despidieran durante un tiempo pero con posibilidad de reincorporarlos.

Durante el ERTE, el negocio deja de pagar el sueldo del trabajador y el SEPE empieza a pagarle al empleado la prestación por desempleo, como si estuviera en paro. Una de las claves del ERTE es que es siempre temporal -da la posibilidad de reincorporar al empleado más adelante-, es un mecanismo ágil y permite elegir si se quiere suspender el contrato de trabajo al 100% -el empleado deja de trabajar- o sólo se quiere reducir la jornada -el trabajador cobra y trabaja sólo por media jornada, y la otra media jornada está en ERTE y percibe desempleo-.

Además, dependiendo del tipo de ERTE en el que se encuentra y de las causas que lo originaron, el negocio podrá acogerse mientras tanto a determinadas bonificaciones en la cotización a la Seguridad Social. En algunos casos la exoneración será del 20% y en otros podría llegar a alcanzar hasta un 90% de exención del pago.

Aunque el ERTE está diseñado desde 2012 en nuestro sistema laboral, tras la pandemia, el Gobierno introdujo una serie de medidas en la reforma laboral para mejorar el acceso al ERTE. Algunas de ellas son:

  • Se permite a las empresas dejar de pagar una parte de las cotizaciones del empleado, siempre que se comprometa a dar formación al trabajador
  • Se agiliza el procedimiento para solicitar el ERTE, sobre todo en las pequeñas empresas. En algunos casos, en apenas dos semanas, se podría tener ya en marcha el expediente con todos los trámites finalizados.
  • Se crean nuevos ERTE con condiciones favorables, como por ejemplo un 90% de exoneración en las cotizaciones. Estos ERTEs, llamados Mecanismo RED se podrían activar en Consejo de Ministros si se dieran algunos problemas en sectores en particular, o crisis generales.

Diferencia entre un ERTE y un ERE

Una de las dudas más habituales de los negocios desde que se regularon los mecanismos de despido colectivo en 2012 es cuál es la diferencia entre ERE y ERTE. Aunque suenen parecido, estas dos medidas son distintas.

Tanto el ERE (Expediente de Regulación de Empleo) como el ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo) están regulados por el Real Decreto Ley 3/2012, pero se articulan como instrumentos distintos, que cumplen funciones diferentes y responden a situaciones distintas.

La principal diferencia entre un ERE y un ERTE es la duración. Mientras que el ERTE es temporal, un ERE es siempre definitivo. No hay vuelta atrás ni posibilidad de volver al puesto de trabajo. Es decir, mientras que el ERTE es una “suspensión” del contrato de trabajo para reincorporar más adelante al empleado cuando todo vuelva a la normalidad, el ERE sería más similar a un despido.

Pero esta no es la única diferencia entre ambos expedientes de regulación de empleo. Las obligaciones de la empresa, derechos del trabajador y fiscalidad también cambian según la empresa inicie un ERE o un ERTE.

El ERTE es más sencillo de justificar pero implica más obligaciones para el negocio, como seguir pagando una parte de las cotizaciones del empleado. El ERE, sin embargo, implica más trámites pero sería similar a un despido, ya que el negocio deja de tener obligaciones con los trabajadores afectados.

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¿Para qué sirve un ERTE?

Un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) sirve, como su propio nombre indica, para regular temporalmente el empleo, es decir, para reducir durante un momento concreto el número de trabajadores de una empresa y así poder pagar menos costes laborales y salir de la mala situación económica.

Una vez superada la causa que ha iniciado el ERTE, por ejemplo la caída de ingresos en el negocio o la pérdida de un cliente importante, el empleador puede rescatar a su empleado del expediente, reincorporarlo en el mismo puesto de trabajo y seguir normalmente con su actividad.

La utilidad del ERTE radica sobre todo en la disminución temporal de los costes para el negocio. Mientras una empresa envía a un empleado al ERTE, no tiene necesidad de despedirlo pero a la vez deja de pagar su salario. Lo único que tendrá que afrontar el empleador son una parte de las cotizaciones a la Seguridad Social del empleado.

Las ventajas a nivel de cotización y agilidad del ERTE dependerán de la causa y tipo de expediente que inicie la empresa. Por ejemplo, un ERTE ETOP (Causas Económicas, organizativas o de producción) implicaría que el negocio demuestre pérdidas continuadas en los últimos ejercicios y normalmente daría acceso a una exoneración del 20% de las cotizaciones del empleado.

Por otro lado, para el empleado, el ERTE podría ser mejor que el despido. En primer lugar no perderá su puesto de trabajo, seguirá cotizando a la Seguridad Social y además cobrará un 70% de su salario.

Ventajas y desventajas del ERTE

Al igual que cualquier mecanismo de empleo, el Expediente de Regulación Temporal de Empleo tiene sus ventajas y desventajas, tanto para la empresa como para el trabajador.

Para el negocio, los beneficios son claros:

  • Puede reducir considerablemente sus costes laborales.
  • Evita un posible cierre de la empresa, despidos e indemnizaciones
  • Puede acceder a exoneraciones de hasta el 90% de la cotizaciones de sus empleados, dependiendo del tipo de ERTE al que acceda.
  • La situación es temporal y cuando se recupere puede volver a la normalidad de la actividad.

Para el empleado, las ventajas podrían ser:

  • No perder su empleo y poder reincorporarse a su puesto de trabajo.
  • Recibe un 70% de su salario, como si estuviera en paro
  • Tienen garantizado el mismo puesto de trabajo hasta 6 meses después.
  • Desde la reforma laboral, el ERTE incluye planes de formación.

Sin embargo, para ambos puede haber también desventajas importantes. En el caso de las empresas, tendrán que cumplir con una serie de obligaciones que a veces pueden suponer un impedimento. Por ejemplo:

  • Los negocios no podrán despedir mientras tengan a algún trabajador en ERTE
  • La empresa tampoco podrá solicitar horas extra a ningún trabajador mientras tenga a un empleado en ERTE

En cuanto a los empleados, los desincentivos también pueden ser importantes. Por ejemplo:

  • Si no cumplen el periodo mínimo de cotización, no cobrarían nada durante la vigencia del ERTE
  • Durante la vigencia del ERTE, en caso de cobrar prestación, no percibirán el 100% de su salario sino sólo un 70%
  • El ERTE es indefinido por lo que no sabrán cuándo van a reincorporarse a su puesto de trabajo

¿Qué tipos de empresas pueden aplicar un ERTE?

El Estatuto de los trabajadores no prevé ninguna restricción en la que se estipule un tipo de empresa determinada para solicitar un ERTE. Por lo tanto, el negocio beneficiario puede ser una sociedad anónima, sociedad ilimitada, o incluso un autónomo persona física.

De hecho, la ley prevé que incluso una sociedad cooperativa podría aprobar un ERTE si los socios pertenecen al régimen general.

De este modo, en principio, cualquier tipo de negocio puede solicitar un ERTE si cumple con los requisitos para hacerlo, por ejemplo a nivel de pérdidas de la actividad o cierre por fuerza mayor.

Algunas de las empresas que suelen recurrir al ERTE de manera habitual son:

  • Autónomos persona física
  • Sociedades Limitadas
  • Sociedades Anónimas
  • Sociedades Unipersonales

Tipos de ERTE que existen en España

Tras la entrada en vigor en 2022 de la nueva reforma laboral, a día de hoy, existen tres tipos de ERTE a los que podrían acogerse los negocios.

Por un lado, están los ERTE por causas Económicas, Técnicas, Organizativas o de Producción (ETOP), que son los más comunes para los negocios, ya que se inician si se han sufrido pérdidas económicas por distintos motivos o si se prevén. Estos expedientes tienen exoneración en el pago de las cuotas a la Seguridad Social  de los empleados pero sólo del 20% y están ligadas a la formación.

También existen los ERTE por fuerza mayor, que se dan en casos más extremos y pueden alcanzar exoneraciones en el pago de cuotas de hasta el 90%. En este caso es necesario que se den circunstancias similares a las que hubo durante la pandemia que impidan la actividad o, por ejemplo, las que se dieron tras la explosión del volcán de La Palma, que obligó a cerrar muchos negocios.

Por último, estaría el nuevo mecanismo RED, que se creó en la reforma de 2022 y es el más excepcional de todos. En este caso se trata de una medida casi idéntica a los ERTEs que hubo durante el COVID, donde no se tenía que acreditar prácticamente nada. Sólo la existencia de la causa que está afectando a muchos negocios, que en ese momento era la pandemia.

Estos ERTEs pueden ser cíclicos -una crisis general- o sectoriales -una crisis que afecte a un sector en particular-. Siempre se tienen que aprobar previamente en Consejo de Ministros, cosa que hasta ahora no ha sucedido.

¿Cómo funciona un ERTE?

El funcionamiento de un ERTE depende del tipo de ERTE que se solicita y de la causa por la que se inicia el expediente.

En el caso del ERTE por causas ETOP (Económicas Organizativas o de Producción), lo primero que deberá hacer el negocio es verificar si cumple estos motivos para acceder. Es decir, si tiene pérdidas actuales o previstas, o ha sufrido algún cambio como la pérdida de un cliente que ha hecho disminuir su facturación.

Cuando se haya comprobado esto, lo siguiente que tendrá que hacer el negocio es emitir una comunicación a sus trabajadores (si es una pyme y no tiene representación) o a los representantes , en la que se informe de su voluntad de iniciar un ERTE por causas ETOP. Estos deberán nombrar a una comisión negociadora o representativa, a la que se deberá facilitar, por parte del negocio toda la documentación que acredite las causas del expediente.

Una vez hecho esto, el negocio deberá comunicar a la Autoridad Laboral -el departamento de trabajo, a través de la web, de la Comunidad Autónoma que sea-, que se está iniciando un ERTE por causas ETOP. Tras ello, se iniciará un periodo de consultas y la negociación de las condiciones del ERTE.

Este proceso de ‘negociación’ tiene una duración de 7 días en empresas de menos de 50 trabajadores. Normalmente acabará con un acuerdo, que el negocio deberá remitir al SEPE para que se lo haga saber a la Inspección de Trabajo. Esta última tendrá que emitir un informe en el plazo máximo de 15 días donde se determinará si procede o no el expediente. En el documento también se constatará si se ha negociado de buena fe y si consta toda la documentación acreditativa de las causas.

Si todo se hace correctamente, al mes siguiente el pago del salario del trabajador ya pasaría al SEPE y el negocio debería implementar actividades formativas para poder ahorrar un 20% de las cotizaciones de sus empleados.

Por el contrario, en el ERTE por fuerza mayor -por ejemplo, un desastre meteorológico que obliga a paralizar una parte de la actividad-, los trámites son mucho más sencillos. En este caso no hay negociación con los trabajadores, sino que sólo se debe remitir el expediente ante la Autoridad Laboral.

En este supuesto se deberá recabar también el informe de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, que se pronunciará sobre si existe o no Fuerza Mayor. La Autoridad Laboral debe resolver en el plazo de 5 días desde la solicitud, y únicamente constatar su existencia. Si así fuera se podría iniciar el ERTE.

Por último, los mecanismos RED por causas cíclicas o sectoriales funcionan de forma todavía más sencilla. En caso de que el Consejo de Ministros activara uno de estos ERTEs, cualquier negocio que formara parte del sector afectado o hubiera sufrido las causas de una crisis general podría solicitar el ERTE y se tramitaría de manera casi automática, como sucedió durante la pandemia.

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¿Cuánto dura un ERTE?

No existe un tiempo para aplicar el ERTE. Aunque se trata de un mecanismo temporal, los negocios tienen derecho a aplicarlo durante el tiempo que consideren necesario.

Eso sí, en cualquier caso, los negocios deberán poder justificar en todo momento que las medidas por las que pusieran en marcha el ERTE al principio continúan existiendo.

Por ejemplo, si se acogieron a un ERTE ETOP por pérdidas de la actividad, deberán justificar cada cierto tiempo que estas medidas continúan existiendo y que la empresa sigue teniendo derecho a estar acogida a los beneficios que supone este expediente.

Dudas frecuentes sobre el ERTE

En este apartado vamos a resolver las dudas más frecuentes que nos suelen llegar sobre los ERTE:

¿El ERTE consume paro para el empleado?

A efectos prácticos, un trabajador que se encuentra afectado por un ERTE estaría en desempleo. Desde septiembre de 2020, el Gobierno introdujo una modificación que hizo que los trabajadores que se encuentran en esta situación consuman de la hucha del paro.

Esto significa que cada día que el trabajador se encuentre en ERTE estará consumiendo su paro acumulado. Además, mientras esté en ERTE cotizará por algunos conceptos como la jubilación, pero no sumará días de cotización por desempleo.

¿Un empleado puede negarse a entrar en ERTE?

Los empleados que no estén conformes con su afectación en un expediente de regulación temporal de empleo ERTE no pueden negarse a entrar en esta situación. Lo único que podrían hacer es negociar con el empleador las mejores condiciones posibles directamente o a través de un representante.

En caso de no quedar conformes, también están habilitados para impugnar su inclusión en un ERTE en vía judicial. Esto hará que la empresa deba justificar muy bien los motivos del ERTE y todo el procedimiento ante un juez.

¿Cuánto cobra un empleado en ERTE?

Los empleados en ERTE dejan de cobrar su salario pero pasan a recibir una protección por desempleo si han trabajado más de 360 días en los 6 meses anteriores al ERTE.

Mientras dure el ERTE, el trabajador cobrará un 70% de la base reguladora de su salario durante los primeros 180 días y del 60% a partir del día 181.

Una vez finalice el ERTE, el empleado tiene derecho a reincorporarse a la empresa en las mismas condiciones de antes del expediente y cobrando su mismo salario.

¿Quién paga el ERTE?

La prestación por ERTE que corresponde a los trabajadores es abonada siempre por Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), al igual que se hace con las prestaciones por desempleo.

En el caso de los ERTES parciales -cuando se mantiene la mitad de la jornada-, el negocio paga la parte del sueldo proporcional a la jornada realizada por el trabajador, mientras que el SEPE abona la diferencia.

¿Los empleados se tienen que apuntar al paro para cobrar el ERTE?

Si un empleado se ve afectado por un ERE o un ERTE, para acceder a la protección por desempleo, deberá cumplir con distintos requisitos.

Uno de ellos es inscribirse en los Servicios Públicos de Empleo Autonómicos correspondientes.

¿Se puede hacer un ERTE a un solo trabajador?

Sí. Aunque el ERTE es una herramienta que se suele utilizar para reducir o suspender la jornada de varios empleados a la vez, no existe un número mínimo de trabajadores para abrir uno de estos expedientes.

De hecho, durante la pandemia, muchos autónomos y microempresas con un solo trabajador enviaron al ERTE a su único empleado.

¿Se puede cobrar erte y trabajar media jornada?

En algunos casos sí. Uno de los supuestos más habituales en los que un trabajador puede cobrar ERTE y trabajar a media jornada sería el ERTE de reducción de jornada.

Con este expediente, lo que hace la empresa, por ejemplo, es pasar temporalmente a un trabajador de 40 a 20 horas. En este caso, el empleado trabajaría media jornada y a la vez percibiría una parte del desempleo por ERTE.

¿Te pueden multar por estar trabajando en situación de ERTE?

La respuesta es . Si la Inspección de Trabajo ve a un empleado que tiene suspendido el contrato por ERTE en su puesto de trabajo, sancionará por fraude tanto a la empresa -con multas muy elevadas- como al empleado -por cobrar prestaciones indebidamente-.

¿Las percepciones económicas del ERTE tributan en RENTA?

Las prestaciones percibidas en concepto de ERTE se califican como rendimiento de trabajo sujetas a IRPF . Por lo tanto no están en ningún caso exentas de tributar en RENTA y se deben incluir siempre.Estas percepciones tributarían exactamente igual que la prestación por desempleo.


Foto del autor

VALIDADO POR

Roger Dobaño - CEO Quipu

Roger es CEO y Fundador de Quipu, un software en la nube que lleva +10 años ayudando a autónomos, pymes y asesorías a digitalizar su operativa precontable. A raíz de una mala experiencia como autónomo, Roger se propuso crear un programa que acompañara a los empresarios a lidiar con la administración.