Las contingencias comunes y las contingencias profesionales son dos de los conceptos más importantes dentro de las coberturas de los trabajadores, ya que garantizan su protección frente a situaciones que pueden afectar su salud o capacidad para desempeñar su labor.
Ambos tipos de contingencias son fundamentales dentro del sistema de Seguridad Social, ya que aseguran que los trabajadores cuenten con asistencia médica y prestaciones económicas cuando enfrentan problemas de salud.
En este artículo aprenderás:
- ¿Qué son las contingencias comunes?
- ¿Qué son las contingencias profesionales?
- Principales diferencias entre las contingencias comunes y profesionales
- Ejemplos de contingencias comunes y profesionales
¿Qué son las contingencias comunes?
Es la principal cobertura de los trabajadores, sea cual sea el régimen en el que coticen, y también la más habitual. Las contingencias comunes son todas aquellas circunstancias en las que el trabajador no puede ejercer su actividad por algún motivo que no esté relacionado de forma directa con su actividad (este supuesto ya tiene su propia cobertura a través de las contingencias profesionales) y la asistencia médica de dicho trabajador y su familia.
Las coberturas incluidas dentro de las contingencias comunes son las siguientes:
- Incapacidad temporal por enfermedad común o accidente no laboral.
- La jubilación.
- La incapacidad, ya sea incapacidad laboral permanente total, incapacidad laboral permanente absoluta o gran invalidez.
- La prestación contributiva por maternidad y paternidad.
- Muerte y supervivencia, que incluye viudedad, orfandad, auxilio por defunción y pensión y subsidio en favor de los familiares que hayan convivido y dependido económicamente con la persona fallecida
- Protección a la familia y asistencia sanitaria.
- Prestaciones farmacéuticas.
¿Qué son las contingencias profesionales?
Las contingencias profesionales, por su parte, se refieren a aquellas situaciones que afectan la salud o integridad física de un trabajador como consecuencia directa de su actividad laboral.
Existen dos tipos principales de contingencias profesionales:
- Accidente de trabajo (AT): es cualquier lesión que sufra el trabajador como consecuencia directa e inmediata de la labor que desempeña. Por ejemplo, una caída en el lugar de trabajo o un accidente durante el traslado habitual al centro laboral (siempre que cumpla con los requisitos legales para ser considerado como tal).
- Enfermedad profesional (EP): son aquellas enfermedades incluidas en un listado oficial que surgen como resultado de la exposición a factores de riesgo inherentes a la actividad laboral. Por ejemplo, una patología respiratoria causada por la inhalación de sustancias químicas en una fábrica.
Principales diferencias entre las contingencias comunes y contingencias profesionales
Aunque las contingencias profesionales y las contingencias comunes se refieren a situaciones que afectan la salud del trabajador, ambas tienen características, coberturas y tratamientos legales y económicos diferentes.
1. Origen del problema de salud
El origen de las contingencias profesionales está directamente vinculado a la actividad laboral del trabajador, y se resumen en accidentes de trabajo y enfermedades profesionales. Las contingencias comunes no tienen relación con la actividad laboral, e incluyen enfermedades o accidentes que ocurren en la vida cotidiana, como una gripe o una lesión deportiva.
2. Cobertura y responsabilidad
Las contingencias profesionales son cubiertas por las mutuas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, entidades especializadas en gestionar este tipo de situaciones. En algunos casos, las empresas pueden tener contratados seguros específicos.
Las contingencias comunes son gestionadas directamente por el sistema general de salud pública o, en algunos casos, por seguros privados si el trabajador está afiliado a uno.
3. Prestaciones económicas
El subsidio por incapacidad temporal correspondiente a las contingencias profesionales es superior al de contingencias comunes. Se paga desde el día siguiente al accidente y alcanza el 75% del salario base desde el inicio de la baja, mientras que el de contingencias comunes se suele pagar a partir del cuarto día de baja y la cobertura inicial suele ser del 60% del salario base, que ascenderá al 75% a partir del día 21. En muchos casos es la propia empresa quien lo complementa hasta el 100%.
Además, en caso de secuelas, en la cobertura por contingencias profesionales se otorgan indemnizaciones o pensiones por incapacidad permanente. Las contingencias comunes no incluyen compensaciones por secuelas si estas no afectan la capacidad laboral.
4. Proceso de tramitación
Las contingencias profesionales requieren un informe médico específico que acredite el accidente o la enfermedad profesional como consecuencia directa de la actividad laboral. Este informe es elaborado por la mutua o el médico del trabajo.
Las contingencias comunes se gestionan mediante un informe médico general, emitido por los servicios de salud públicos o por médicos privados.
5. Impacto en la empresa
La empresa puede tener más responsabilidades en el caso de las contingencias profesionales, como notificar el accidente a las autoridades competentes, implementar medidas correctivas y garantizar un entorno seguro. Además, la negligencia de la empresa podría derivar en responsabilidades legales y económicas, como el recargo de prestaciones (aumento en las indemnizaciones al trabajador en caso de incumplimientos en la prevención de riesgos laborales).
Las contingencias comunes, en general, no generan responsabilidades adicionales para la empresa, ya que se consideran ajenas al entorno laboral.
6. Cotizaciones a la Seguridad Social
Las cotizaciones que la empresa o el trabajador tiene que pagar difieren en función de si hablamos de contingencias comunes o contingencias profesionales.
En el primer caso, en el Régimen general, la empresa abona el 23,60% de la base de cotización del trabajador y el 4,70% de la base de cotización corre a cargo del trabajador, dando un total del 28,30%. Las contingencias profesionales también se calculan sobre la base de cotización general, pero el porcentaje depende del tipo de actividad económica de la empresa y del nivel de riesgo laboral de los puestos de trabajo:
- Actividades de bajo riesgo: alrededor del 1% (por ejemplo, oficinas administrativas).
- Actividades de alto riesgo: puede superar el 7% (como minería o construcción).
En el caso del Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA), el tipo por contingencias comunes es también el 28,30% y el tipo por contingencias profesionales es del 1,30%.
Ejemplos de contingencias comunes y profesionales
A continuación mostramos diferentes ejemplos de contingencias comunes y profesionales:
Ejemplo de contingencia profesional
Carlos está en su oficina y, al intentar levantar un archivador pesado sin la técnica adecuada, sufre una lesión en la espalda que le impide continuar trabajando. La lesión se diagnostica como una hernia discal derivada directamente de su actividad laboral. Esto califica como accidente de trabajo y, por tanto, se considera una contingencia profesional.
Cotización aplicada
Al ser un trabajo administrativo, la cotización por contingencias profesionales es baja, del 1% sobre su salario bruto. Dado que su salario es de 2.000 € (también su base de cotización), la empresa aporta 20 € mensuales a la Seguridad Social por este concepto.
Carlos recibe asistencia médica inmediata cubierta por la mutua de accidentes laborales de la empresa. Desde el día siguiente al accidente, Carlos cobra un subsidio por incapacidad temporal equivalente al 75% de su base reguladora (es decir, recibirá 1.500 € que la empresa le complementará hasta el 100%). Además, si quedaran secuelas permanentes, tendría derecho a una indemnización según la gravedad.
Ejemplo de contingencias comunes
Durante un partido de fin de semana, Carlos intenta marcar un gol con un tiro de volea y se lesiona el tobillo, lo que le impide trabajar durante un mes. Como esta lesión no está relacionada con su actividad laboral, se clasifica como una contingencia común.
Por contingencias comunes, la empresa aporta el 23,60% de su salario bruto (472 €) y Carlos contribuye con el 4,70% (94 €). En total, se destinan 566 € mensuales a la Seguridad Social por este concepto.
Carlos debe acudir al sistema general de salud para recibir tratamiento médico. El subsidio por incapacidad temporal empieza a percibirse desde el cuarto día de baja, con una cobertura inicial del 60% de su base reguladora, y aumenta al 75% a partir del día 21. Es decir, a partir del cuarto día, cobrará un total de 1.200 € y desde el día 21, un total de 1.500 €.
La empresa no tiene ninguna responsabilidad directa sobre esta situación, ya que ocurrió fuera del ámbito laboral.